Para atender la creciente demanda de derivados petrolíferos, en España se ha desarrollado una potente industria de refino, capaz de tratar al año (a principios del siglo XXI) más de 70 millones de toneladas de crudo. Sin embargo, la humanidad tendrá que ir acomodándose a otros modos energéticos y a otras fuentes, y por la propia naturaleza acotada de las reservas disponibles de combustible fósil. Al ritmo actual de explotación (unas 3,5 Gtep/año) las reservas actuales (~ 140 Gtep) durarían 40 años de explotación. Sin embargo, esta cifra ha permanecido así durante decenios, por los nuevos descubrimientos realizados cada año, y la mejora en la explotación de los existentes. De gas natural, las reservas son de 145 Gtep, aproximadamente, y la explotación mundial, 2,15 Gtep/año. De carbón, la explotación es similar, pero no tan creciente, de 2,19 Gtep/año, y las reservas son mucho mayores de unas 700 Gtep.