El
Desarrollo Sostenible es un ejemplo emblemático de la responsabilidad
con
la que debemos abordar la producción de energía de cara al futuro.
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El
reto de satisfacer la demanda creciente de energía es uno de los más
singulares
a
los que se enfrenta la humanidad
Nuestra
civilización se caracteriza por ofrecer unas posibilidades
sin
precedentes de cara a propiciar el bienestar individual y el bien
común,
en
ámbitos tan importantes como la educación, la atención sanitaria, la
vivienda,
el transporte, las comunicaciones, y un largo etcétera de campos
entre
los que destaca la energía, soporte de muchas actividades industriales,
comerciales
e incluso personales, particularmente en el caso de la energía
eléctrica,
absolutamente ubicua en nuestra sociedad.
A
su vez nuestra civilización presenta una complejidad enorme en temas
que
abarcan desde cuestiones de actualidad inmediata, a otros de muy largo
plazo
en su proyección real, aunque aparezcan ya como preocupaciones
nuestras
de cara a la mejor construcción del futuro. Un tema de esta índole
es
el Desarrollo Sostenible, ejemplo emblemático de la responsabilidad
con
la que debemos abordar nuestro quehacer productivo.
Dentro
de este amplio contexto de temáticas y problemáticas se enmarca
esta
iniciativa,
para análisis y discusión de cuestiones que sea pertinente
plantear,
buscando fundamentalmente la aportación de datos y conclusiones
útiles
a la sociedad, coadyuvando a guiar los trabajos para resolver la
problemática
planteada, o al menos a mejorar el conocimiento y planteamiento
de
la misma, como primer paso a su resolución, entendiendo que muchos de
estos temas serán de muy larguísimo recorrido, verdaderamente
transgeneracional.
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La
Primera Revolución Industrial fue esencialmente una revolución
energética |
A
varias generaciones antes hemos de remontarnos para llegar a la primera
Revolución
Industrial, que fue esencialmente una revolución energética,
con
la fuerza del vapor como elemento agente, y la combustión del
carbón
como fuente de esa acción.
Otras
revoluciones energéticas producirían posteriormente aún mayores
efectos
socioeconómicos y personales, con impactos esenciales en nuestro
modus
vivendi y en la morfología de nuestra civilización: tales son los
casos
de
la automoción, posibilitada por la revolución petrolífera iniciada a
finales
del
siglo XIX, y la electricidad, también iniciada en esas fechas, siendo
ambas
dos -automóviles y electricidad- factores claves del siglo XX, como
lo
serán del XXI.
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Desde
1900 al año 2000 la producción de energía eléctrica en España se
multiplicó por 1000 |
Desde
1900 al año 2000, la producción de energía eléctrica en España
se
multiplicó por 1000. Obviamente se trató de un despegue desde cotas
iniciales
muy bajas, pero no deja de ser reseñable que la multiplicación por
10,
en cada caso, se produjo en intervalos de entre 30 y 35 años. Y nunca
creció
anualmente la producción de electricidad, en valor absoluto, tanto
como
en el último año del siglo, hasta esa fecha.
El
reto de satisfacer la demanda creciente de energía, en las formas y
condiciones
que nuestra sociedad requiere, es uno de los más singulares
a
los que se enfrenta la humanidad, por la propia importancia de la
disponibilidad
energética,
y por las limitaciones habidas en reservas, recursos,
y
la también limitada capacidad ambiental de asimilación de los efectos
varios
que el consumo de energía produce.
La
estructura actual del sector energético, tanto mundial como nacional,
es
bien conocida y obedece a unas condiciones de mercados y tecnología
que
se han asentado durante estos últimos decenios.
Esta
estructura se irá acoplando paulatinamente a las demandas sociales
y
a las posibilidades tecnológicas y de fuentes de energía. A más largo
plazo,
los
cambios estructurales del sector energético tendrán que ser mucho más
hondos,
y en ellos hay que comenzar a trabajar ya. La tecnología de esos
cambios
no va a aparecer por sí sola.
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Es
necesario asentar las bases científicas para el desarrollo energético
sostenible |
Pero
antes de que el desarrollo tecnológico pueda fructificar, es
imprescindible
que
vayan asentándose rigurosamente las bases científicas sobre las
que
cimentar ese desarrollo. Al estudio de estas bases se dirige este sitio
web. |
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