|
Las
fuentes de energía pueden clasificarse según el dominio tecnológico
actual que se
posee
de ellas, en función del potencial energético que podría extraerse en
un horizonte a largo plazo, propio de sostenibilidad. Curiosamente, y
aunque sea de modo cualitativo, se evidencia claramente una correlación
inversa entre ambas variables. Dominamos tecnológicamente las fuentes de
energía con escaso potencial energético a muy largo plazo, y no
dominamos aquellas que por sus características intrínsecas manifiestan
un alto, incluso altísimo, potencial energético. Obviamente, la reacción
ante ello debería ser la promoción de la I+D conducente a desarrollar
tecnológicamente estas últimas energías, particularmente la solar y la
nuclear de fusión.
|